Friday, February 10, 2012

Niña tristeza




¿Cuántas?

Muchas noches te espero, querida tristeza. Venís disfrazada de violeta, lucerito sin pena. Con olor a azufre y los dedos regordetos. Me tocás la frente y me pedís perdón. Me hablás en otra lengua con palabras extrañas, pero estás tan adentro que te entiendo. Me hablás por medio de imágenes borrosas. “Todos pueden entenderme” me decís y la sonrisa se dibuja en tus manos. No te persuadas por mis lágrimas, ni por el hambre que dejás en mí. “¿No te cansás de ver a los niños? te pregunto, pero ya no me escuchás. Te entretiene el viento en la ventana. “Vení tristeza, bailemos juntas” ya me he quedado dormida.

Thursday, January 12, 2012

Polvo y risa.

Yo no podía creer que estabas hecho de polvo. Siempre me pareciste tan similar a la sustancia que me asustaba. Cada vez que te tocaba te retorcías y te escurrías. Si te besaba te volvías duro y si te pensaba tu risa retumbaba en el interior de mi cabeza. Pero ¿cómo oír tu risa si te reías sin sonido? Tu risa solo era visible desde arriba. Desde abajo solo podía ver unos labios finos y fríos. Fríos y gruesos. Ambos a la vez. Si te tocaba el ombligo me decías que te dolía, que te daban ganas de hacer pis. Vos me tocabas a mí, y yo no decía nada, pero me daban ganas de reír. Mi risa no era como la tuya, la mía sonaba, la mía era fuerte. Esa noche en la cama nos reímos pero solo recuerdo mi risa. ¿Por qué escondías la tuya? Ahora me doy cuenta que estabas hecho de polvo.